La vuelta a la oficina trae consigo el regreso de los desplazamientos hasta el centro de trabajo. La movilidad a través de vehículos privados tiene ciertos inconvenientes: más gastos, más estrés y pérdida de tiempo. Nuestro objetivo es proponer soluciones que derriben las barreras que impiden que el regreso sea motivador y agradable.
En España más de la mitad de los trabajadores se desplaza a la oficina en automóvil. Esto trae consigo una serie de impactos negativos, entre ellos, las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Pero hay más: baja productividad, problemas de salud relacionados con el estrés, más gastos… Estas son las cifras que dejan tras de sí los desplazamientos al trabajo en vehículo propio:
La mayoría de los desplazamientos se producen en las franjas horarias donde hay más tráfico. Este hecho hace que muchos trabajadores pierdan horas de descanso para evitar las congestiones habituales en las entradas de las ciudades. La tensión de conducir en horas punta, la preocupación de llegar tarde al trabajo o la de no encontrar sitio donde aparcar, provoca fatiga y estrés, lo que puede llevar a que se produzcan más accidentes. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, en el 2020 se registraron 52.248 siniestros laborales de tráfico, el 10,3% del total de los accidentes de trabajo.
El gasto medio anual de un coche es de unos 1.900 euros. El combustible, los impuestos, los abonos por aparcamiento o el mantenimiento, suponen que el coste de llevar el vehículo privado al trabajo sea muy elevado.
Los empleados que usan su coche para acudir al trabajo llegan más estresados a la oficina debido a la atención que requiere la conducción, por la preocupación de llegar a tiempo, o por tener que madrugar más para evitar los atascos. El cansancio acaba por afectar a su productividad.
Según una encuesta realizada por MichaelPage, en España un trabajador tarda una media de 36 minutos en llegar a su oficina. A pesar de ser una cifra elevada, la media europea es todavía mayor: 42 minutos. Esto tiene un gran impacto en la vida personal, sobre todo cuando hablamos de conciliación familiar y profesional.
El tráfico rodado es uno de los principales responsables de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Las graves consecuencias para el medio ambiente y para la salud de los ciudadanos están demostradas en diversos estudios.
A pesar de todos estos problemas los hábitos de desplazamiento de los trabajadores no han cambiado con la pandemia. Según un estudio de la empresa Alphabet España, el 86% de los profesionales mantiene sus hábitos previos a la llegada del coronavirus.
Para derribar estas barreras que impiden el adecuado desarrollo profesional de los trabajadores existen numerosas alternativas. Algunas dependen de los empresarios pero muchas otras del propio empleado. Cuando el teletrabajo no es posible ni tampoco los modelos híbridos (2 o 3 días a la semana se trabaja desde casa), debemos buscar otras formas de acudir a nuestra oficina sin causar tantos impactos negativos.
El bus de empresa reduce hasta un 40% el coste que supone para los empleados el desplazamiento hasta su puesto de trabajo. Ofrece múltiples ventajas: acaba con el estrés que supone conducir hasta la oficina, reduce significativamente el nivel de contaminación por tráfico en las ciudades…
Aunque estas opciones no siempre son posibles, los beneficios de ir caminando al trabajo o de usar la bicicleta son indiscutibles para la salud y el medio ambiente.
Según el informe de MichaelPage, los ciclistas mantienen mejor el equilibrio entre su vida profesional y personal. En España solo el 5% de los trabajadores usa la bicicleta. La cifra es muy inferior a la de los Países Bajos: 21%.
Nos referimos a los patinetes o motocicletas eléctricas. Según Mapfre los gastos anuales de una moto suponen unos 940 euros, es decir, la mitad que un coche.
Ya sea el autobús o el metro, el transporte público supone una alternativa barata para desplazarse a la oficina. Otra de sus ventajas es que ayuda a descongestionar el tráfico en las grandes ciudades.
Todas estas alternativas suponen una solución para acabar con los problemas que trae consigo el desplazamiento al trabajo en vehículo privado. Sus beneficios alcanzan a los trabajadores, a las empresas y a los ciudadanos de las grandes urbes. Estos son algunos de los más destacados:
Estos tres beneficios bastarían para concienciar a empresarios y empleados de las ventajas de no usar los vehículos privados para ir al trabajo. Entonces, ¿a qué esperamos para dejar las llaves de nuestro coche en casa?